La profesionalización, la digitalización y el trabajo en alianza son estrategias clave para abordar los retos que plantea a las empresas de la Unión Europea la inminente ‘Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad’ (CSDDD), según las y los expertos que participaron en la jornada ‘Sostenibilidad y cadena de valor’, que organizamos desde el Máster en Responsabilidad y Sostenibilidad Corporativa de la UPV, junto a la Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad (ASG), DIRSE, en el marco de las VIII Jornadas gratuitas Activa Tu Futuro en la UPV. Este encuentro se celebró, el 24 de abril, con el apoyo de la Conselleria de Hacienda, Economía y Administración Pública de la Generalitat Valenciana.
Se da la circunstancia de que el Parlamento Europeo aprobó, el mismo miércoles 24 de abril, el texto de la ‘Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad’ (CSDDD), lo que da paso a la fase final de su tramitación y hace inminente su entrada en vigor al tiempo que se estaba celebrando este encuentro. La norma alcanza todos los ámbitos y materias vinculados a los Derechos Humanos y todas las categorías medioambientales (cambio climático, pérdida de biodiversidad, contaminación, degradación de los ecosistemas, deforestación, sobreexplotación de materiales, energía y recursos naturales, y generación y gestión de residuos) y será obligatoria para todo tipo de empresas, estableciéndose unos plazos de implantación, en función de su perfil.
Dado su alcance y sus implicaciones, la nueva directiva obligará a las organizaciones a revisar estrategias y procedimientos y abordar cambios internos para garantizar su cumplimiento.
«Los profesionales de la sostenibilidad estamos un poco abrumados con la nueva directiva, por su alcance. Es importante que cada entidad vaya dando pasos e ir fijando prioridades, en función de sus necesidades y recursos reales. Hay que partir de un análisis de su estrategia y de su cadena de valor y definir las prioridades, junto a sus proveedores y clientes. Trabajar en red, para hacerlo de manera efectiva. Aquellas que lo dejen todo para el final, tendrán mayores dificultades», advirtió Susana Posada, vicepresidenta de DIRSE, ponente principal de la sesión, moderada por el director del Máster en RSC de la UPV, Gabriel García Martínez.
En esta línea, Pilar Blaya, directora de RSC y Capital Humano de la Fundación Valenciaport y delegada de DIRSE en la Comunitat Valenciana, apuntó que, aunque la norma se aplicará de forma progresiva, «si las grandes empresas deben reportar de sus impactos a lo largo de toda su cadena de valor, la mayoría de las pymes son proveedoras de las grandes y deberán ir integrando los mismos parámetros de gestión y medición. Tener una cadena de suministro sostenible y eficiente supone que seremos capaces de abordar los desafíos de forma más competitiva».
Posada destacó que existen herramientas gratuitas que permiten a las entidades ir trabajando en estos ámbitos. Entre ellas, puso como ejemplo las articuladas por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU) España o el toolkit de DIRSE ‘Sostenibilidad y cadena de valor. Cómo gestionar la huella ambiental en la cadena de valor a través de la tecnología’, en el que profundizó durante su intervención en la sesión.
Diagnóstico, decisión y medición
«Si queremos conseguir la eficiencia operativa, tiene que haber un enfoque de abajo hacia arriba, porque la norma abarca todos los ámbitos, áreas y departamentos de la organización, de forma transversal. En este sentido, uno de los grandes retos es recopilar y gestionar la información, el dato. Que nos permita hacer un diagnóstico de en qué punto estamos, con qué recursos contamos, realizar un seguimiento y evolución de la política de sostenibilidad de la compañía, definiendo indicadores, identificando áreas de mejora y, con todo ello, tomar decisiones».
Para abordar este reto, la tecnología puede ser una aliada. «Si contamos con un sistema o herramienta bien planificada y definida, que facilite una gestión integral de forma correcta, nos permitirá realizar análisis más eficientes y tomar decisiones con más información y de forma más ágil», señaló.
Todo ello, «normalmente, requiere de una inversión inicial para la empresa, pero que suele tener un retorno relativamente corto en términos financieros, al traducirse en una mejora en la gestión. Tener un mayor control de la demanda, de los stocks, de la identificación de riesgos (ambientales y financieros), más capacidad y agilidad de respuesta se traducirá en mayor eficiencia, competitividad y rentabilidad, en términos generales», aseveró.
«Transformar la innovación en estrategia»
En este sentido, Begoña Pastor, responsable de Alianzas Estratégicas y Marco Regulatorio en Ángela Impact Economy (AIE), instó a abordar el proceso de adaptación a la nueva normativa «no con un enfoque no de cumplimiento normativo, sino en clave de negocio».
«Estamos ante una estrategia global para el cambio. No se trata de una única directiva, sino de un sistema de normas que está poniendo sobre la mesa la importancia de la gestión de la cadena de valor y los procesos que las empresas deben establecer para garantizar el control de sus impactos. Hay un gran desafío en la captación del dato, pero también en su gobierno; contar con cuadros de mando de gestión que transformen la información en estrategia, con el apoyo de la tecnología».
En este ámbito trabaja AIE, consultora experta en integración, gestión y comunicación de la sostenibilidad en las organizaciones con el apoyo de las nuevas tecnologías. La firma valenciana es creadora de una innovadora solución tecnológica, DATAIE Sustainability Analytics, que facilita el tratamiento de la información en estos ámbitos, así como su divulgación cumpliendo con las exigencias de profesionalización, transparencia y comparabilidad que impone la nueva normativa europea.
Mejora en control de riesgos y eficiencia
Una visión transversal que alcanza mayor complejidad en el caso de las organizaciones multinacionales, como es el caso del grupo de producción y distribución de fruta y verdura de calidad premium SanLucar.
«Una cosa es hablar en el marco europeo y otra con empresas de áreas geográficas muy diferentes. Uno de los retos en SanLucar es que contamos con producción propia y con proveedores en distintas partes del mundo. Estamos trabajando junto a ellos, apoyándoles en el análisis de sus impactos y en la definición de planes concretos hacia la sostenibilidad», explicó Nancy Daiss, Corporate Responsibility Manager International de SanLucar.
Daiss explicó que, para ello, SanLucar puso en marcha, en 2023, «el Sustainability Working Group, un grupo de trabajo multidisciplinar y con representación de todas las unidades de negocio de la organización. El objetivo es trabajar en la definición de nuestra estrategia de sostenibilidad global teniendo en cuenta todas las nuevas legislaciones, así como los requerimientos en esta materia de nuestros clientes. Actualmente, estamos, además, trabajando en diferentes políticas, en el análisis de riesgos en derechos humanos, y poniendo en marcha un monitoreo de proveedores, según los criterios ESG. Les ayudamos a identificar y evaluar sus propios riesgos, en un proceso de trabajo conjunto”.
«El reto plantea una oportunidad: las empresas tenemos que hacer un mapeo real de nuestra cadena de valor y proveedores y, en la práctica, ello nos permitirá conocer mejor nuestros riesgos y dónde podemos ser más eficientes», destacó.
Procesos de mejora continua
En la implantación de un sistema global de gestión internacional de proveedores es referente El Corte Inglés. Desde 2009, el grupo de distribución español aplica un proceso de evaluación exhaustiva que abarca la calificación ASG (ambiental, social y de buen gobierno) de todos sus proveedores, que superan los 49.000 en todo el mundo. Todos ellos están obligados a adherirse al Código Ético del grupo, comprometiéndose a respetar los principios de derechos humanos, laborales y sociales, así como a mantener estándares éticos, de integridad y prácticas medioambientales responsables.
«Cada año, realizamos más 2.500 auditorías ASG a proveedores, en colaboración con redes y organizaciones especializadas. Someterse a una auditoría completa para poder ser certificados como sostenibles, no solo les permite trabajar para nosotros, sino, también, para otras empresas», detalló Pau Pérez Rico, director de Comunicación, Sostenibilidad y RRII de El Corte Inglés en Comunidad Valenciana y Región Murcia.
Uno de los objetivos de El Corte Inglés es que sus proveedores estén alineados con su ‘Plan de Transición Net Zero’, que tiene como objetivo llegar a las cero emisiones netas en 2050. «Entre los principales hitos, hemos sido la primera empresa de distribución de España y Portugal en lograr el certificado de residuo cero de AENOR para todos nuestros centros. ‘Residuo Cero’ es un proyecto muy ambicioso, que ha obligado a realizar cursos de formación a toda la plantilla para conocer, modificar y reorganizar, acompañado de acciones de sensibilización y concienciación para todos los grupos de interés», apuntó Pérez Rico.
Además de la gestión de empresas proveedoras, Pau Pérez Rico puso en valor, con diferentes ejemplos, el trabajo de El Corte Inglés en su estrategia de mejora continua de su relación e impactos positivos con todos sus grupos de interés -en ámbitos como la conciliación, la diversidad, la acción social, la eficiencia energética y movilidad sostenible o la economía circular-.
«Nos consideramos una empresa responsable y comprometida, con un avance continuo hacia las mejores prácticas en sostenibilidad, eje del plan estratégico. De hecho, la Comisión de Sostenibilidad está dentro del Consejo de Administración, al máximo nivel operativo dentro de la empresa», destacó.