Martha Rodríguez es responsable del área de Gestión de Proyectos de la Fundación ÉTNOR y profesora de la asignatura “Ética y filosofía de la responsabilidad social” en el Máster en Responsabilidad Social Corporativa de la Universitat Politècnica de València (UPV).

La ética da sentido a las empresas, pero para que el código ético funcione tiene que elaborarse desde el principio con la participación de todos los grupos de interés.

En esta entrevista, Martha nos habla de ética y compromiso social empresarial.

¿Qué entendemos por ética empresarial?

Existen muchas corrientes que definen de distinta forma la ética de la empresa. Por no entrar en discusiones conceptuales académicas, digamos sencillamente que es la disciplina que se encarga de estudiar y proponer cuáles son los criterios para decidir si una empresa actúa correctamente o no, es decir, para saber cuándo una empresa es justa o responsable o por el contrario, cuándo está comportándose de forma inmoral.

¿Cuál es su importancia para una empresa que quiera ser socialmente responsable?

Algunas empresas implementan instrumentos de responsabilidad social, como puede ser una memoria de sostenibilidad, solo por greenwashing (por lavado de cara, para pretender ser más responsables), sin un marco ético que fundamente esas acciones. Aquí es donde entra la ética en la empresa, que es el marco de actuación transversal que orienta las acciones que realiza la empresa, que le dan sentido, que la alejan o la acercan más a considerarse como una empresa responsable.

¿Con qué herramientas cuentan las empresas para ser éticas?

Contamos con variadas herramientas: códigos éticos, de conducta, de buen gobierno, comités de ética, líneas éticas o sistemas de whistleblowing, auditorías éticas, memorias de responsabilidad social o de sostenibilidad, sistemas integrales de ética y cumplimiento, formación específica en ética, entre otras.

¿Cómo se aplica la ética de una empresa a su RSC?

Más que aplicar sería expresar, ya que la ética de una empresa se explicita en sus valores, en su forma de ser, en su carácter, en su “personalidad”, en sus comportamientos, en la manera de tomar decisiones y, por supuesto, en las acciones específicas de responsabilidad social que realiza.

Ética, valores, códigos de conducta, RSC… ¿Cómo se alinean en una empresa para que haya coherencia?

Es a través del carácter, es decir, de la forma de ser de la empresa, de sus valores que podemos alinear los comportamientos, las acciones de una empresa. Por ello, el código ético, donde se encuentran explícitos los valores con los que la organización se identifica, es la principal guía para el desarrollo de la empresa.

Pero, cuidado, que tengamos un documento que nombremos código ético y ponga unos valores no garantiza que nos identifiquemos con ellos. Para que el código ético funcione tiene que elaborarse desde el principio con la participación de todos los grupos de interés, para que sean los empleados, los clientes, la sociedad, los proveedores, los accionistas, todos los implicados sean quienes expresen cuáles son los valores con lo que identifican a la empresa. De este modo, el documento final será una expresión de los valores compartidos que facilitará que las acciones futuras estén alineadas con los mismos.

Entiendo que la ética debe empezar por la propia organización o empresa, ¿cómo se aplica al equipo profesional?

Continuando con la idea anterior, más que aplicar, se trata de extraer el conocimiento moral que ya tienen los implicados en la empresa, sacarlo a la luz para que oriente nuestra propia actuación. La clave está en la participación, en el diálogo real con nuestros empleados para saber qué expectativas legítimas tienen y la empresa pueda dar respuesta a esos intereses.

Martha Rodríguez en el campus de la UPV

¿Cómo puede alcanzar una empresa el liderazgo ético y que sea uno de sus valores diferenciales?

Las vías son múltiples, pero digamos que una de ellas es que la empresa asuma su responsabilidad social, que genere confianza a través del diálogo activo con los afectados por su actividad, que ofrezca intangibles a la sociedad en la que está inserta, como visión de futuro y cohesión con la comunidad, que muestre que es realmente una empresa social, es decir, que se ponga al servicio de la sociedad.

¿Comienza ya la RSC a ser un valor indispensable para las empresas o todavía queda mucho por hacer?

Ambas cuestiones. El camino de la RSE o RSC se ha ido consolidando desde la época del Libro Verde en el 2001, pero siempre quedará mucho por hacer. Nuestro horizonte es cambiante, es dinámico. Las necesidades legales, sociales y morales de cada momento nos obligan a realizar un trabajo continuo dentro de nuestras empresas para lograr que estén a la altura según cada situación: globalización, pandemia, cambio climático, ciberseguridad, etc.

¿La sociedad ya exige que las empresas sean socialmente responsables?

Sí, desde hace tiempo la sociedad, los ciudadanos están mejor informados de los impactos negativos y también de los positivos que pueden causar las empresas, no en vano la expansión de movimientos como la producción ecológica o el comercio justo.

¿Para implementar la ética empresarial es necesario profesionales especializados en RSC?

Sí, aunque la implicación de estos profesionales dependerá de las necesidades empresariales. Una cosa es elaborar un código ético para una empresa 10 trabajadores y otra muy distinta para una multinacional. Por supuesto, que siempre es recomendable contar con un especialista para que guíe con claridad el camino que debe transitar la empresa en el desarrollo de sus instrumentos de responsabilidad, pero lo más importante es que haya voluntad para actuar responsablemente.

¿Qué aporta este máster a las empresas que quieran tener un departamento de RSC y poder tomar decisiones responsables?

Independencia y criterio. Considero que el programa del máster forma a los profesionales para que no necesiten de consultores o agencias externas a la hora de desarrollar la responsabilidad social en su empresa; y, sobre todo, les capacita para tener espíritu crítico, para analizar y responder adecuadamente a los complejos retos que se presentan cuando se trabaja estrechamente con todos los grupos de interés.

Para finalizar, sin ética empresarial no hay…

Futuro para nuestra sociedad.


Martha Rodríguez Coronel se encuentra a cargo del área de gestión de proyectos de la Fundación ÉTNOR (Ética de los Negocios y las Organizaciones) dirigida por Adela Cortina. También es profesora asociada de Ética en la Universitat Politècnica de València. Y además, ocupa la Secretaría técnica de Recerca. Revista de Pensament i Análisis y de la revista Millars. Espai i Història. 

Es Licenciada en Administración Comercial por la Universidad de Carabobo de Venezuela, siendo profesora de Matemáticas II, de cálculo financiero y desarrollo organizacional de dicha Alma Mater, y a su vez trabajaba como analista de costos en Ford Motors de Venezuela. 

Tiene un Máster Interuniversitario en Estudios Avanzados en Filosofía por la Universidad de Salamanca y la Universidad de Valladolid y un Máster Interuniversitario en Ética y Democracia por la Universitat Jaume I y la Universitat de València. 

Actualmente, se encuentra finalizando su tesis doctoral sobre Derechos Humanos y Fundaciones dentro del Programa de Doctorado en Ética y Democracia de la Universitat Jaume I.